miércoles, 7 de septiembre de 2011

Jurel tipo salmón


El viernes 2 de septiembre fui al supermercado y en la sección conservas me topé con un tarro de jurel que hasta hace algunos años era famoso porque en su etiqueta se anunciaba que contenía jurel tipo salmón.
Me sorprendí gratamente al ver que le habían quitado la leyenda Jurel tipo salmón y le pusieron simplemente Jurel, acompañado de las frases Al natural  y Contiene omega 3. Cuida tu corazón. Aparte de estos cambios, la etiqueta conserva el color y las grandes letras del nombre de la empresa pesquera: San José.
El engaño de la pesquera San José se mantuvo por muchos años, hasta que salió una ley que obliga a las empresas a declarar exactamente lo que contienen los envases, sin martingala alguna. Esta ley tiene ya varios años de existencia, pero mi encuentro con el tarro fue reciente.
Jurel tipo salmón se hizo famoso como sinónimo de aparentar algo que no es o una cuestión falsa. Esta oración fue citada en múltiples ocasiones en columnas de opinión en los medios de comunicación para resaltar lo mismo que yo estoy diciendo aquí.
Para mí, además, era el símbolo de esa tendencia de algunos empresarios y de personas dedicadas al comercio a engañar a sus clientes con el fin de obtener más ganancias con un esfuerzo menor. También se puede afirmar que al obrar así, estos empresarios abusan de la buena fe que tiene la gran mayoría de las personas.
Qué duda cabe que este tarro y su etiqueta fue usada como escarapela por los dueños y ejecutivos de las tres más importantes cadenas de farmacias que se coludieron para concordar precios abusivos; así como por los ejecutivos de La Polar que inventaron un sistema para cobrar intereses usureros y engañar a las autoridades y al mercado financiero; y también por los propietarios y académicos de un par de universidades e institutos técnicos de la carrera de perito forense que impartieron esta carrera sabiendo los jóvenes que egresaran no tenían campo laboral, etcétera.
Usted puede hacer el ejercicio de preguntarles a sus amigos si han sufrido algún abuso o engaño en el ámbito financiero o comercial y me atrevo a vaticinar que todos le contaran uno o más episodios.
Cuando vi el cambio en la etiqueta del tarro de jurel realmente me alegré y llegué a imaginar que estaba viendo el inicio de una nueva etapa en Chile de mayor respeto de parte de quienes fabrican y venden productos. No digo que este proceso ocurrirá de la noche a la mañana, digo que ya empezó y será empujado por las personas. También me imagino que alguna autoridad, superando el temor al poder de los que tienen dinero, pondrá un grano de arena en esta nueva atmósfera social. Será un proceso largo, pero ya empezó. 
Mis amigos no están de acuerdo conmigo en que podríamos estar en el inicio de una nueva etapa y que continuaremos viendo nuevos e interminables episodios de engaños, abusos, martingalas y toda clase de artificios indebidos.
Habrá que esperar un tiempo para saber quién tenía razón.
Fue muy alentador ver el nuevo tarro de jurel, destacando sus propias cualidades y no vistiéndose con ropaje ajenos, aparentando algo que no es. Imagínense que todos los productos tuvieran esta trasparencia y apego a la verdad. ¡Otro sería este país!

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